El caso de una trabajadora que luchó por su derecho al cuidado familiar y obtuvo una victoria legal sin precedentes.
Una historia de dignidad, derechos y equilibrio entre la vida laboral y personal
Este video cuenta la historia de una funcionaria pública que vivió una de las pruebas más duras de su vida: su esposo sufrió un accidente que lo dejó en coma durante meses y, al despertar, con múltiples discapacidades que requieren cuidados permanentes. En medio del dolor y la incertidumbre, ella no solo tuvo que reorganizar su vida personal, sino también enfrentar la rigidez de una institución que le negó la posibilidad de trabajar desde casa para poder cuidar de su ser querido.
Pero no estaba sola. Ante la negativa institucional, acudió al sindicato UDT. Allí encontró no solo asesoría jurídica, sino también respaldo humano, comprensión y fuerza colectiva. Gracias a la acción sindical, se interpuso una tutela que, tras un proceso difícil, culminó con un fallo a su favor. El juez reconoció su derecho a cuidar a su esposo sin renunciar a su empleo, y ordenó a la entidad permitirle el trabajo en casa.
Desde UDT hacemos un llamado a todas las personas trabajadoras: no esperen a estar en una situación límite para reconocer el valor de la acción sindical. Afiliarse es un acto de protección, de solidaridad y de construcción colectiva. Porque nadie está exento de atravesar momentos difíciles. Porque todas y todos merecemos condiciones laborales que respeten nuestra humanidad.
Es una situación difícil frente a la necesidad de cuidar a un ser querido sin que ello implique renunciar a su estabilidad laboral. Por eso, es fundamental exigir a las instituciones a que reconozcan y garanticen condiciones laborales que permitan armonizar la vida personal con la profesional, en un marco de respeto y dignidad humana.
Hoy más que nunca, reafirmamos que es posible armonizar la vida laboral con la vida personal. Es posible cuidar sin ser castigados. Es posible trabajar con dignidad, con tranquilidad y con respeto por nuestras realidades.
Hoy más que nunca, reafirmamos que es posible armonizar la vida laboral con la vida personal. Es posible cuidar sin ser castigados. Es posible trabajar con dignidad, con tranquilidad y con respeto por nuestras realidades.
Reivindicar estos derechos es avanzar hacia una sociedad más justa, donde el trabajo no sea un obstáculo para la vida, sino un espacio de armonización para que la respete y la acompañe.
